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Tupac Amarú II: El Proyecto Nacional Andino del siglo XVIII (página 2)



Partes: 1, 2

Coinciden plenamente en que las finalidades políticas
de la guerra de los
Tupac Amaru, eran acabar con la dominación española
y establecer en su lugar un régimen monárquico
encabezado por José Gabriel Túpac Amaru. Por
ejemplo, el partícipe directo de los hechos, obispo del
Cusco: JUAN MANUEL MOSCOSO, en una carta que remite
al Virrey el 21 de noviembre de 1780, apenas 17 días
después de que las acciones se
iniciaran, señala que José Gabriel es: "indio
rebelde a la Corona" y denuncia: "las tórridas
intenciones del amotinado, al logro de la Corona que imagina
suya"
(3). Se debe tener en cuenta, que esta carta emite
juicios que corresponden apenas a los primeros quince días
de la rebelión; posteriormente, en otra misiva dirigida
igualmente al Virrey, el obispo del Cusco nos brinda la clave
para entender un asunto que aún hoy constituye un punto de
discrepancia entre los investigadores de la gran rebelión,
pues señala: que, aunque "algunos" edictos y
convocatorias de TUPAC AMARU aparentan fidelidad al rey y
amor a la
religión,
esto no es sino una hipocresía para tomar fuerza y
"hacerse absoluto dueño de los individuos y sus
haciendas
"(4). El coronel español
PEDRO DE LA VALLINA, un testigo de excepción de los
hechos, pues fue prisionero de José Gabriel Túpac
Amaru y estuvo recluido en la casa del inca, en una carta
dirigida al Corregidor de La Paz afirma: "El principal fin
de este indio José Tupamaro es coronarse
."(
5). La
Relación del Corregidor de Puno, relata un episodio
frecuente en la gran rebelión: " Adelantose a
responder por todos los otros un yndio con bastón en la
mano y …dijo resueltamente que no necesitaban aquél
indulto, ni reconocían por Soberano al Rey de España,
sino a su Ynca Túpac Amaru
…"(6). Otro funcionario
realista, contemporáneo de los hechos, el Corregidor de
Arequipa, Balthasar de Semanat señala que: Túpac
Amaru se había rebelado con el fin de: "despojar a
su Majestad de estos reinos
"(7)

En suma, hace 229 años, todo el sur peruano, el
Alto Perú (actual Bolivia) y las
provincias del norte argentino, estaban conmocionadas: se acababa
de iniciar la terrible guerra encabezada por la familia
Túpac Amaru, contra el sistema colonial
hispánico, en pos del poder.

La fecha del inicio de esta guerra, comúnmente se
sitúa en el 4 de noviembre de 1780, día que los
rebeldes apresan al corregidor español Antonio de Arriaga,
al que después ejecutan. Las acciones se
prolongarían hasta 1783, cuando es detenido y asesinado el
último gran líder:
Diego Cristóbal Túpac Amaru, el mismo que solamente
pudo ser aprisionado mediante la traición, ya que las
autoridades virreynales firmaron un tratado de paz con los
rebeldes, que no respetaron.

II. BREVE EXPOSICION
DE HECHOS Y PROYECCIONES DE LA GUERRA

Estallada en lugares altos del Cusco y
Puno, aproximadamente 250 años después de la
conquista
española; la guerra de los Tupac Amaru, se expandió
vertiginosamente por las comunidades quechuas y aymaras, que se
aliaron contra los colonialistas. Los caudillos de la
rebelión pertenecían a una familia de
curacas locales, que pregonaban ser descendientes de los INCAS; su
grito llamando a la lucha contra el régimen colonial,
causó una conmoción política y social,
sin precedentes para su época. Ningún pueblo
indígena de la América
colonial, ni los aztecas, ni
los mayas, ni
los araucanos, fueron capaces de vertebrar un movimiento de
tal magnitud y con tales ambiciones
políticas.Bástenos citar algunos párrafos,
de los muchos bandos, edictos y proclamas, que los Tupac Amaru
hicieron llegar al pueblo por estos días. No nos
referiremos al famoso BANDO DE LA CORONACION DE TUPAC AMARU,
harto conocido; mencionaremos otros: por ejemplo, el EDICTO A LOS
CRIOLLOS DE CHICHAS, del 23 de diciembre de 1780; cuyos
párrafos más importantes, sintetizan claramente el
proyecto
nacional al que los líderes se orientaban y nos demuestran
que los TUPAC AMARU pretendían asumir el poder, invocando
fundamentos políticos y jurídicos: los derechos que consideraban
que les correspondían en razón a SU ESTIRPE INCA y
a la búsqueda del BIEN COMUN:

UN EJEMPLO DE LAS PROCLAMAS
TUPACAMARISTAS

El Edicto a los Criollos de Chichas.

"Don José Gabriel Tupac Amaru, indio de la
sangre real y
tronco principal: Hago saber a los paisanos criollos, moradores
de la provincia de Chichas y sus inmediaciones, que viendo el
yugo fuerte que nos oprime con tanto pecho, y la tiranía
de los que corren con este cargo, sin tener conmiseración
de nuestras desdichas y exasperado de ellas y de su impiedad, he
determinado sacudir este yugo insoportable y contener el mal
gobierno que
experimentamos de los jefes que componen estos cuerpos.
Sólo siento, de los paisanos criollos, a quienes ha
sido mi ánimo (que) no se les siga algún perjuicio,
sino que vivamos como hermanos y congregados en un cuerpo,
destruyendo a los europeos… para el amparo,
protección y conservación de los españoles
criollos, de los mestizos, zambos e indios, y su tranquilidad,
por ser todos paisanos y compatriotas, como nacidos en nuestras
tierras, y de un mismo origen de los naturales, y haber padecido
todos igualmente dichas opresiones y tiranías de los
europeos
. Si eligen este dictamen no se les seguirá
perjuicio ni en vidas ni en haciendas, pero si despreciando esta
mi advertencia hicieren lo contrario, experimentarán su
ruina, convirtiendo mi mansedumbre en saña y furia… y
así no estimen en poco esta mi advertencia , que es nacida
de mi amor y clemencia, que propende al bien común de
nuestro reino, pues se termina a a sacar a todos los paisanos
españoles y naturales de la injusta servidumbre que han
padecido.

Y para que así tengan entendido se
fijarán ejemplares de este edicto, en los lugares que se
tenga por conveniente, en dicha provincia, en donde sabré
quienes siguen este dictamen, premiando a los leales y castigando
a los rebeldes, que conoceréis vuestro beneficio y
después no alegaréis ignorancia. Es cuanto puedo
deciros. Lampa y diciembre 23 de 1780.

D. José Gabriel Tupac-Amaru, Inca"
(8)

La lucha que siguió y se desarrolló,
sería aterradora, para ambos bandos. En la fase inicial,
dirigida por José Gabriel Túpac Amaru, los incas
derrotan en SANGARARÁ, a la primera expedición
enviada para reprimirlos, donde perecen 576 soldados y oficiales
colonialistas, solamente contando a criollos y españoles,
como lo recuerda LEWIN(9); luego lograrían el control de gran
parte de la meseta del Collao – el Altiplano, liberan Ayaviri,
Lampa, Azángaro y los altos espacios cusqueños,
consiguiendo la adhesión de muchas comunidades quechuas y
de la vigorosa etnia aymara;
derrotan al ejército conjunto de los corregidores de
Lampa, Puno y Chucuito(10), para seguidamente atacar al Cusco
durante 8 días, tras los cuales el caudillo José
Gabriel Tupac Amaru ordena la retirada hacia sus bastiones de
Tinta, al ver que los españoles habían impuesto el
terror en esa ciudad y los indios nobles de aquella urbe le daban
la espalda.

Hacia marzo de 1781, mientras la rebelión crece
en el Alto Perú, donde el común de los aymaras
había elegido como máximo jefe (APU MALLKU) de los
ayllus o markas a JULIAN APAZA TUPAC KATARI, quien pone cerco a
La Paz; los realistas contratacan en el Cusco, con un
ejército compuesto por más de 17,000 hombres(11); y
Jose Gabriel en lugar de dirigirse hacia los altos espacios
andinos de Puno y el Alto Perú, donde contaba con grandes
fuerzas, decide resistir en Tinta, en las heredades ancestrales
de la familia Condorcanqui, a cuyo linaje también
pertenecía. Tras dividir por razones tácticas sus
fuerzas, los Tupac Amaru logran vencer a los realistas y sus
servidores
indios en Pucacasa, Cusipata y Lauramarca(12); pero sufren una
importante derrota en SALCA, donde según testimonios de la
época, citados por VEGA, hubo una carnicería que
horrorizó a Túpac Amaru: "cuyo asombro
creció viendo que le tomaron sus cañones,
pertrechos, municipios, equipajes
…"(13). Recién
entonces, JOSE GABRIEL decide replegarse al Collao (actual Puno)
y al Alto Perú (actual Bolivia) donde la llama de la
guerra convocada por los TUPAC AMARU contra España,
había prendido en las poblaciones quechuas y aymaras de la
zona; más en este intento, el caudillo es apresado, por
traidores al servicio de
los colonialistas, cuando se dirigía a Ayaviri, a revienta
caballo (14).

En la segunda etapa de la guerra, los
rebeldes, bajo el liderazgo de
Diego Cristóbal Túpac Amaru, Andrés
Túpac Amaru, Miguel Túpac Amaru, Julián
Apaza – Túpac Katari, (gran caudillo aymara, aliado de los
quechuas tupacamaristas) y de diversos comandantes y capitanes
como Pedro Vilcapaza, toman bajo su control provincias enteras,
centrando su capital en
Azángaro(15) y ejerciendo dominio en
grandes zonas que abarcaban Sicuani, Lampa, Ayaviri,
Huancané, Carabaya, Yunguyo, Sandia y el Alto Perú
(Bolivia), etc; asolando o sitiando ciudades colonialistas como
Chucuito, Zepita, Juli, Sorata, Puno y La Paz. En aquellas
provincias, el ejército colonialista no pudo repetir los
éxitos obtenidos en la zona de Tinta: el Mariscal
español José del Valle, comandante de la
expedición virreinal pacificadora vio cómo su
ejército de 17,000 hombres: criollos, indios, negros y
"mestizos" era diezmado y dispersado, hasta que finalmente el
máximo jefe militar español decide replegarse al
Cusco, al que según fuentes de la
época(16)regresó con solo 1,500 hombres de los
17,000 hombres con los que había partido.III. PUMACAHUA
y OTROS CURACAS FRENTE AL PROYECTO TUPACAMARISTA

En este contexto crucial, del cual dependía la
vigencia o no, del régimen español en el sur
peruano, las autoridades virreinales lograron el apoyo de varios
caciques como PUMACAHUA, quien al parecer por rivalidades
personales no apoyó a los TUPAC AMARU, como se vislumbra
en el hecho de que muchos años después, casi
anciano, se lanzó a dirigir una nueva guerra contra los
colonialistas hispanos, la misma que no llegó a tener ni
la fuerza ni la
organización que tuvo la guerra de los Túpac
Amaru. Sin embargo, este tipo de disensiones no desmerece, ni
reduce en nada el valor de la
gesta de los Túpac Amaru; recordemos que este tipo de
escisiones fueron comunes en el área andina, durante la
invasión española, pues las panacas incas se
encontraban divididas en una lucha por el poder y eso
favoreció el triunfo paulatino de los invasores
ibéricos. El mismo Manco Inca, al
principio y según puede conjeturarse por razones
tácticas, fue un aliado vital de la hueste de Pizarro,
pues apoyó el aniquilamiento de los grandes sinchis
(generales) que habían servido a Ataohuallpa y que eran
sus enemigos: Quizquiz, Challcochimac y Rumiñahui, antes
de iniciar su propia guerra contra los invasores. Por lo
demás, en la historia
universal, es común advertir que la acción
de grandes líderes independendistas nacionales, muchas
veces resultó desdeñada y hasta combatida por
sectores de su propio pueblo y nación,
como sucedió en la guerra de la independencia
norteamericana contra la dominación inglesa; en las luchas
por la emancipación sudamericana del yugo colonial, en las
que estuvo comprometida solo una parte de la élite
criolla; etc. Asimismo, en la historia de la humanidad
abundan ejemplos de enfrentamientos fratricidas entre personas
del mismo pueblo: en la batalla de los Campos Catalaunicos o de
Chalons, también llamada de la llanura de Mauriac,
lucharon del lado de las fuerzas romanas los VISIGODOS, mientras
que en el bando contrario, del lado de Atila, gran jefe
huno-mongol, lucharon sus hermanos de raza los OSTROGODOS(17); y
en la batalla de las pampas de Ayacucho, al lado de las fuerzas
españolas, lucharon denodadamente contra los batallones
independendistas,codo a codo, las comunidades indias de Iquicha
(Huanta), de lengua
quechua.

IV. EL TERROR CONTRA
EL PRIMER PROYECTO NACIONAL PERUANO

La guerra de liberación de los TUPAC AMARU,
generó tal terror en los colonialistas, que las penas
aplicadas por los jueces no tuvieron parangón en la
historia del virreinato. Sólo en la época de la
invasión y conquista española se había visto
una crueldad semejante: En abril de 1781, José Gabriel
Túpac Amaru fue condenado a morir descuartizado por cuatro
caballos, (este tipo de condena, al parecer la habían
aprendido los godos de los hunos-mongoles, cuando sus tierras
natales en Germania, Panonia y otras, fueron invadidas por
éstos, en la época final del Imperio Romano);
como los corceles no pudieron seccionar el cuerpo del gran inca,
terminaron con él a machetazos. La mujer del inca
fue ahorcada y como no expiraba debido a la delgadez de su
cuello, la acabaron a golpes y puntapiés. El gran caudillo
aymara TUPAC KATARI, fue igualmente descuartizado por caballos y
similar muerte le
tocó a Pedro Vilcapaza, líder del altiplano. En
marzo de 1783, Diego Cristobal Túpac Amaru, líder
de tanta trascendencia como Jose Gabriel, fue ejecutado atenazado
por hierros candentes al rojo vivo: salvaje suplicio que
demuestra que las autoridades coloniales eran conscientes de que
el proyecto de los incas alzados en armas
había puesto en peligro la misma existencia del
régimen virreinal y era necesario un extremo
escarmiento.

Las comunidades que habían apoyado la guerra
contra los colonialistas fueron masacradas. En la propia capital
del mundo andino, el barrio de San Cristóbal en el Cusco,
fue arrasado por los partidarios del régimen colonial
hispano, como lo relata el mismo José Gabriel Túpac
Amaru, en una carta:

"…la Parroquia de San Cristóbal que juzgaban
estaba a mi disposición (porque cuando antes regresaba al
Cusco me aposentaba en ella), los europeos herejes la asolaron,
matando hombres y mujeres…"
(18)

V. LA VIOLENCIA DE
LAS MASAS TUPACAMARISTAS

Luego de la muerte de
José Gabriel Túpac Amaru, el resto de los
Túpac Amaru, sucesores en el comando, radicalizaron las
acciones militares y las campañas contra las poblaciones
pro-colonialistas y en otros casos las masas indígenas del
pueblo llano, que seguía a los caciques rebeldes,
rebasaron los límites
que los caudillos vanamente trataban de imponer, para no
atemorizar a los criollos. Veamos, lo que relata el comandante
español Joaquín de Orellana, corregidor de Puno y
tenaz defensor del orden colonial hispano:

"Entré a Chucuito y no encontré a
persona
alguna, a quien preguntar por los demás, me dirigí
a la Plaza, donde hallé el mayor horror que en este reino
se ha visto desde la conquista. Fuera de los enterrados, se
hallaban más de 200 cadáveres en aquél
lugar, pasé a la casa del cura y también se
encontraron sus cuartos abarrotados de cuerpos muertos, de
manera que no se escapó alma que
tuviese rostro de español que no
pereciere
"(19).

VI. LOS ACUERDOS DE
PAZ y LA FELONÍA COMETIDA CONTRA LA FAMILIA TUPAC
AMARU

En la gran gesta de los TUPAC AMARU, hay un hecho
trascendental que no se recuerda y resalta como se debe. Ese
hecho, que constituye una verdad histórica, es que las
autoridades españolas tuvieron que FIRMAR ACUERDOS DE PAZ
con los líderes de la familia TUPAC AMARU, para poder
pacificar el virreinato. Es decir: el movimiento rebelde no pudo
ser derrotado por la fuerza de las armas; y se tuvo que recurrir
a la diplomacia y luego a la felonía de la
traición. Al respecto, escapa a los fines de este
artículo divulgativo, detallar las circunstancias y
negociaciones que se dieron entre las fuerzas pacificadoras
españolas y los TUPAC AMARU desde fines de 1781 a enero de
1782(20); solo mencionaremos que las autoridades virreinales,
primeramente decretaron el INDULTO general de todos los rebeldes,
el perdón para todos los alzados, incluyendo expresamente
a los caudillos; luego, como los rebeldes seguían
levantados en armas, con la mediación de religiosos como
el obispo del Cusco: JUAN MANUEL MOSCOSO, lograron firmar
tratados de
paz.

El primer Tratado de Paz, que suscribieron ambas partes,
es el de PATAMANTA o LA PAZ (3 de noviembre de 1781) entre ANDRES
TUPAC AMARU Inca en representación de su tío Diego
Cristóbal Túpac Amaru y los virreinales
representados por el comandante español JOSE DE RESEGUIN
Teniente Coronel de los Reales ejércitos Comandante
General de las fuerzas del Virreinato de Buenos Aires y
Gobernador de Armas de la Audiencia de Charcas, en
representación de su Católica y Real Majestad
Carlos III(21).

Luego DIEGO CRISTOBAL TUPAC AMARU firma el Tratado de
LAMPA (11 de diciembre de 1781), con el comandante de las fuerzas
españolas Ramón
Arias. Veamos como describen a Diego Cristobal Túpac
Amaru, en tales tratativas, las crónicas de la
época:

"..el Rebelde…bajó circulado de 15
granaderos con fusiles que le rodeaban a caballo, fuera de los
indios lanceros que también lo rodeaban inmediatos a su
mula. El Rebelde traía un vestido negro de terciopelo,
chuspa de tisu de oro,
espadín de oro, hebillas de lo mismo y bastón con
puño de oro…y entraron a tratar sobre la
pacificación y demás asuntos del día, acerca
de los cuales (el Rebelde) hablaba con tanto denuedo e imperio
que denotaba no venir de paz sino de guerra, pero nuestro
comandante con mucha sagacidad procuraba
contestarle
…"(22)

Finalmente, se celebra el ARMISTICIO y ceremonia de paz
de SICUANI ( 26 y 27 de enero de 1782), entre Diego Cristobal
Túpac Amaru y el máximo jefe de los
ejércitos del Rey en el Virreinato de Lima, el mariscal
español JOSE DEL VALLE:

"Y en este estado se le
aseguró a dicho Diego, bajo de palabra de honor, que
ninguno de los subalternos que sirven a nuestras ordenes, ni
persona alguna, de cuantas habitan en estos dominios, lo
hostilizarán en lo más mínimo, ni
perjudicará en esta causa a su persona, familia y
hacienda, ni las de sus parientes y allegados, siempre que
fieles, verdaderamente subordinados y rendidos a la
protección del rey, nuestro señor, cumplan lo que
tiene ofrecido bajo la religión del
juramento.

Con lo expresado se concluyó este acto de
satisfacción y lo firmamos con el expresado Diego
Cristóbal Túpac Amaru y los oficiales de plana
mayor
."(
23)

Los TUPAC AMARU deponen las armas en una posición
de prestigio y reconocimiento de las masas indias, que los
veían como sus líderes no vencidos, que
venían de lejos a pedirles consejo, que los llamaban INCAS
y los consideraban sus gobernantes(24). Ello no convenía
en modo alguno a la corona española; unas semanas
después de haber celebrado la paz, el rey de España
daba instrucciones, acerca del fin que debía tener la
familia Tupac Amaru; por Real Orden del 24 de mayo de 1782, el
rey de España indica al Virrey del Perú acerca de:
"la ninguna fe que se debe dar a las palabras y ofertas de
los traidores Diego y Andrés Túpac
Amaru
…"(25),
ordenando que con sagacidad el Virrey
tome las medidas y previsiones posibles para aprehenderlos y
formarles su causas.

Y en efecto, en marzo de 1783, sorpresivamente, en
violación flagrante de los acuerdos pactados, todos los
miembros de la familia Tupac Amaru fueron apresados. Más
de un centenar de personas, entre los cuales estaban: Diego
Cristobal, Andrés y Cecilia Tupac Amaru, sus familiares,
allegados, amigos y hasta sus empleados y criados(26).
Inventándosele nuevos cargos, Diego Cristobal fue
procesado y condenado, acusado de estar promoviendo un nuevo
levantamiento y de no acatar la paz firmada con las autoridades
del Rey; como tal se le condenó a morir atenazado por
fierros ardientes; la sentencia se cumplió el 18 de julio
de 1783 en todas sus partes. Todos los miembros de la familia
TUPAC AMARU fueron asesinados o deportados. Se les
confiscó todas sus propiedades. Se ordenó eliminar
todo rastro de los documentos que
probaban la ascendencia inca de la familia rebelde y que se
quemaran públicamente tales papeles en la Plaza de Armas
de Lima(27). Se dispuso arrasar y salar las propiedades de los
incas rebeldes. Se prohibió el uso del apelativo INCA, de
los trajes de incas, de las trompetas quechuas llamadas PUTUTOS,
de las comedias indígenas relativas a los incas, de los
cuadros, retratos y murales alusivos a los incas, de los árboles
geneológicos destinados a probar los entronques familiares
de los incas y sus descendientes, se ordenó la requisa y
quema del Libro del Inca
Garcilazo de la Vega: Comentarios Reales de los Incas; se
abolió los cargos de curacas; se dispuso castellanizar
totalmente a la población indígena y anular todos
los reconocimientos geneológicos habidos hasta entonces
respecto a los descendientes de los incas. En suma, el conjunto
de estas medidas, que constan en las sentencias dictadas por los
jueces coloniales y que fueron luego ratificadas por reales
órdenes(28), no hacen sino demostrar el terror que el
movimiento nacional inca encabezado por la FAMILIA TUPAC AMARU
había generado en el mundo colonial hispano y criollo. En
respuesta a ello, el pueblo indígena colonial fue
descabezado, perdió a su clase
dirigente. Pocas veces en la historia humana se ha visto un
genocidio y un etnocidio tan completo, como
éste.

De esta forma, la guerra de los Túpac Amaru,
tendría un terrible costo en vidas
humanas: 100,000 a 140,000 muertos(29), la mayor parte, indios de
las comunidades alzadas en armas contra el régimen
colonial; saldo trágico de acciones de violencia
política, cuya magnitud fue inusitada, en cuanto a la
historia peruana y que precedió el camino de los futuros
movimientos emancipadores criollos.

COLOFONFinalmente, cabe añadir, que para
poder comprender este gran intento liberador anti-colonial, no se
puede escindir la primera etapa de la guerra, que fuera dirigida
por José Gabriel Túpac Amaru, de la segunda etapa
de la misma, acaudillada por Diego Cristóbal Túpac
Amaru y Julián Apaza Tupac Katari, como parecen sugerir
algunos autores(30); ni tampoco se puede reducir el análisis de este gran movimiento a las
declaraciones vertidas por los procesados bajo presión, a
las autoridades coloniales(31). Un enfoque adecuado del gran
intento nacional de los TUPAC AMARU debe ser integral, abarcando
ambas fases de la guerra, como parte de un solo proyecto,
largamente acariciado, en el seno de una familia de curacas que
había crecido bajo el aura de los llamados Incas de
Vilcabamba; asimismo se debe apreciar el conjunto de
fenómenos aculturados de poder y autoridad inca
que se patentizaron en el transcurso de la guerra; los
vestuarios, símbolos, cartas, bandos,
ordenanzas, edictos , proclamas, iconografía, recurrencias
del ordenamiento inca, argumentos de legitimidad que levantaron
los rebeldes para justificar sus acciones y las actitudes de
las masas que siguieron ardorosamente a los Túpac
Amaru.

Igualmente, es menester entender, que TUPAC AMARU II era
un hombre del
siglo XVIII, heredero de una historia familiar y étnica
violenta; no era un liberal moderno, ni un guerrillero del siglo
XX impregnado de ideas de igualdad
social, ni un activista de derechos humanos,
ni un anarquista: era un hijo de su tiempo y como
tal su proyecto era elitista, monárquico y obviamente
autoritario(32), pero con rotundo sesgo andino. No obstante ello,
intentó -al menos en el texto– de sus
bandos y proclamas: convocar y congregar a todas las castas en
torno a su
proyecto de liberación. Por otra parte, nadie puede negar
las ambiciones políticas de Túpac Amaru II,
ambiciones que de alguna u otra manera impregnaron también
los proyectos de
otros grandes hombres de la historia. El afán de poder es
consustancial al hombre, pero cuando el afán de poder de
un líder, se cohesiona con las aspiraciones y necesidades
de las masas populares es que surgen los grandes movimientos
sociales y los cambios en la historia humana; en tal sentido,
sabido es el papel tremendamente positivo que han jugado en el
desarrollo
social personalidades carismáticas y con voluntad de
poder como las de Tupac Amaru II, por consiguiente, ello tampoco
puede servir de argumento para desmerecer la importancia de su
gesta. Al contrario, quizás ya sea tiempo de reconocer su
auténtico valor a TUPAC AMARU II, que es fundamentalmente
político: el hecho de que líderes andinos lograran
organizar y desarrollar una rebelión de tal magnitud, una
guerra anti-colonial andina en el siglo XVIII, con resabios
incaistas y fundamentos jurídicos y políticos, en
pos del poder; tal cosa es suficiente para que ocupen el
panteón eterno de los héroes e íconos de la
patria peruana y andina en general.

Nuestra memoria
histórica no puede olvidar tales hechos, que honran al
pueblo andino, como protagonista de la historia peruana,
posterior a la invasión y conquista española; ni el
mensaje integrador propuesto a todas las castas que conformaban
el Perú de aquél entonces, lanzado por aquellos que
a sí mismos se reconocían como: indios, de la
sangre real y tronco principal (de los incas): los Túpac
Amaru.

NOTAS
BIBLIOGRAFICAS

(1) Petición que presentó José
Gabriel Túpac Amaru a la Real Audiencia de Lima en 1777;
en GENEOLOGIA DE TUPAC AMARU- Colección Documental Loayza:
LOS PEQUEÑOS GRANDES LIBROS DE LA
HISTORIA AMERICANA, editor Francisco Loayza, Serie I, tomo X,
Lima, 1946, pp. 9

(2) Sentencia contra JOSE GABRIEL TUPAC AMARU II. Entre
otros, en: ANTOLOGIA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU, editada
por Denegri Félix, Nieto S.J. Armando, Tauro Alberto y
Durand Luis, Lima, 1972, pp.16.

(3) Carta del Obispo del Cusco al Virrey del Perú
del 21-XI- 1780, en CDIP, II, Vol 2, pp.294-296. Del Archivo General
de Indias, AUDIENCIA DEL Cusco, Legajo 76.

(4) Otra misiva del Obispo del Cusco al Virrey del
Perú, en CDIP, Tomo II, Vol. 2, pp. 309.

(5) Durand Flores, Luis: INDEPENDENCIA e INTEGRACION en
el PLAN POLITICO DE
TUPAC AMARU, editorial PLV, Lima, 1973, pp. 132. También
en Lewin, Boleslao: LA REBELION DE TUPAC AMARU y LOS ORIGENES DE
LA INDEPENDENCIA AMERICANA; editorial SELA, Buenos Aires, 1967,
pp. 855 a 857, donde se transcribe esta carta
completamente.

(6)Relación del Corregidor de Puno 1781. En CDIP
Tomo II, Vol. 2, pp. 407 – 412.

(7) Citado por VALCARCEL, Carlos Daniel: LA REBELION DE
TUPAC AMARU, Peisa, Lima, 1973, pp.86.

(8) Colección Documental de la Independencia del
Perú-CDIP, 1971, II, vol.2, pp.374. Esta Colección,
que es la principal fuente de este artículo, transcribe
Documentos del Archivo General de Indias-AGI y de las Colecciones
del oidor Matalinares, Paz, Angelis, Odriozola y otras de la
época, referidas a Túpac Amaru II. Editada por la
Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia
del Perú. Tomo II, volúmenes 1, 2 y 3; Lima,
1970-1972.

(9) Lewin, Boleslao: LA INSURRECION DE TUPAC AMARU,
Eudeba, Buenos Aires, 1972, pp. 39.

(10) Valcarcel, Carlos Daniel: LA REBELION DE TUPAC
AMARU, Peisa, Lima, 1973, pp. 90.

(11) Valcarcel, Carlos Daniel: 1973, op. cit. pp. 142.
También: Vega Juan José: TUPAC AMARU Y SU TIEMPO-
ALZAMIENTO Y CAMPAÑAS, en: Historia General del
Ejército Peruano, tomo III, vol. 1, CPHEP, Ministerio de
Guerra, Lima, 1981, pp. 421.

(12)Seraylán Leiva Alejandro: HISTORIA GENERAL
DEL EJERCITO PERUANO, tomo III, vol. 2, CPHEP, Ministerio de
Guerra, Lima, 1981, pp. 708-713. También: Vega, Juan
José: TUPAC AMARU, Edit. Universo, Lima,
1969, pp. 151.

(13) Vega Juan José, en: Historia General del
Ejército Peruano, tomo II, vol. 1, CPHEP, Ministerio de
Guerra, Lima, 1981, pp. 426.

(14) Vega, Juan José: ibid, pp. 427.

(15)Tamayo Herrera, José: HISTORIA SOCIAL e
INDIGENISMO en el ALTIPLANO, Ed, Treintitrés, Lima, 1982,
pp.70.

(16) Valcarcel, Carlos Daniel; op.cit. 1973: 167. Vega,
Juan José, op.cit. 1969:154.(17) Ferrill, Arther: LA CAIDA
DEL IMPERIO ROMANO; biblioteca EDAF,
España, Madrid, 1998,
pp.232-247. También en: Fuller, J.E.C.: BATALLAS DECISIVAS
DEL MUNDO OCCIDENTAL, Luis de Caralt editor, Barcelona,
España, Segunda Edición, 1964, pp. 336-347.

(18)Carta de José Gabriel Túpac Amaru al
canónigo de la catedral de La Paz: José Gabriel
Paredes. Incluida en: ANTOLOGIA DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU, por
Félix Denegri, Armando Nieto SJ, Alberto Tauro y Luis
Durand, Lima, 1972, pp. 11.

(19)Tamayo Herrera, José: HISTORIA SOCIAL e
INDIGENISMO en el ALTIPLANO, Ed. Treintitrés, Lima, 1982,
pp. 73.

(20) Ortiz Nishihara, Mario Humberto: PODER, LEGALIDAD y
JUSTICIA EN LA
REVOLUCION DE TUPAC AMARU II, Tesis para
titularse de abogado, PONTIFICIA UNIVERSIDAD
CATOLICA DEL PERU, 1993, 2 tomos. Hace un recuento de las
negociaciones, de los tratados firmados y de los alcances de los
mismos; aparte de los fundamentos
político-jurídicos del movimiento.(21) Ver: TRATADO
CELEBRADO CON MIGUEL TUPAC AMARU, en COLECCION DOCUMENTAL DE LA
INDEPENDENCIA DEL PERU- CDIP, Editada por la Comisión
Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del
Perú. Tomo II, volúmen 3; Lima, 1970-1972, pp.
143-145.

(22) Ver: RELACION DE LAS OPERACIONES DEL
EJERCITO DE AREQUIPA AL MANDO DE DON RAMON ARIAS. Documento
oficial de la época, en: COLECCION DOCUMENTAL DE LA
INDEPENDENCIA DEL PERU- CDIP, Editada por la Comisión
Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del
Perú. Tomo II, volúmen 3; Lima, 1970-1972, pp.
196-197.

(23)RELACION AL POR MENOR DE TODAS LAS ACTUACIONES
OBRADAS POR EL ILUSTRISIMO SEÑOR OBISPO DEL CUSCO Y
SEÑOR INSPECTOR GENERAL CON EL RENDIMIENTO DE DIEGO TUPAC
AMARU Y SUS CAPITANES. En: COLECCION DOCUMENTAL DE LA
INDEPENDENCIA DEL PERU- CDIP, Editada por la Comisión
Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del
Perú. Tomo II, volúmen 3; Lima, 1970-1972, pp. 225
y 234-235.(24) INFORME
RELACIONADO DEL CABILDO DEL CUSCO. CDIP, II, Vol. 1, pp.142. Cfr.
SENTENCIA contra Diego Cristóbal Túpac Amaru, CDIP,
II, Vol.3, pp. 411-417.

(25) Lewin, Boleslao; transcribe una copia de esta real
orden en su obra: LA REBELION DE TUPAC AMARU y LOS ORIGENES DE LA
INDEPENDENCIA AMERICANA. SELA, Buenos Aires, 1967, pp.
836-837.

(26) Sivirichi, Atilio: LA REVOLUCION SOCIAL DE LOS
TUPAC AMARU, Editorial UNIVERSO, Lima, 1979, pp. 163. Sobre ello,
como fuente de la época, también: EL INFORME
RELACIONADO DEL CABILDO DEL CUSCO, en CDIP, Tomo II, Vol. 1. Cfr.
Lewin 1967: pp.526. Cfr. Valcarcel Carlos 1973: 201.

(27) SENTENCIA,dictada por el Visitador José
Antonio de Areche contra José Gabriel Túpac Amaru,
en el Cusco, a 15 de mayo de 1781. En CDIP, Tomo II, Vol 2, pp.
765-774.

(28)Todas las medidas y disposiciones contra los INCAS y
contra la cultura
indígena, dadas por el Visitador JOSE ANTONIO DE ARECHE,
fueron ratificadas por diversas órdenes o provisiones
reales reservadas, como las del 21 de abril de 1782, la del 28 de
abril de 1783 o la Real Orden del 09 de mayo de 1790, que
transcribe LEWIN Boleslao, 1967: 806-808.

(29)CORNBLIT, Oscar: "Levantamientos de masas en
Perú y Bolivia durante el siglo XVIII"; en: TUPAC AMARU
II-1780- Compilación de FLORES GALINDO, Alberto; Retablo
de Papel, Lima, 1976, pp. 180. VEGA, Juan José considera
100,000 muertos, en su obra:"José Gabriel Túpac
Amaru", Universo, Lima, 1969, pp.6. GLAVE, Luis Miguel, coincide
con esto en HISTORICA, Revista de la
Pontificia Universidad Católica del Perú, Vol XIV,
N°01, Julio de 1990, pp. 27.(30) Nos referimos al interesante
estudio de BOHUMIR ROEDL: "Causa Tupa Amaro. El proceso a los
tupamaros en Cusco, abril-julio de 1781". REVISTA ANDINA
Número 34. Centro de Estudios Regionales Andinos
Bartolomé de las Casas. Cusco, Perú.

(31)Ibid.(32) Sobre esto último, de la presunta
personalidad
autoritaria de TUPAC AMARU II, se explaya: CAHILL DAVID:
Violencia, represión y rebelión en el sur andino:
La Sublevación de Túpac Amaru y sus
consecuencias.Instituto de Estudios Peruanos- IEP,Lima, octubre
de 1999. Documento de Trabajo 105,
Serie Historia 17.

FUENTES
DOCUMENTALES

COLECCIÓN DOCUMENTAL DE LA INDEPENDENCIA DEL
PERÚ-CDIP
, Editada por la Comisión Nacional del
Sesquicentenario de la Independencia del Perú. Tomo II,
volúmenes 1, 2 y 3; Lima, 1970-1971, 1972. Esta
Colección, que es la principal fuente de este
artículo, transcribe Documentos del Archivo General de
Indias-AGI y de las Colecciones del oidor Matalinares, Paz,
Angelis, Odriozola y otras de la época; referidas a
Túpac Amaru II.

COLECCIÓN DOCUMENTAL DEL BICENTENARIO DE LA
REVOLUCION EMANCIPADORA DE TUPAC AMARU II- CDBRTA
. Tomo I:
Documentos varios del Archivo General de Indias. Editada por la
Comisión Nacional del Bicentenario de la Rev. de
Túpac Amaru II, Lima, 1980.

FUENTES BIBLIOGRAFICAS y HEMEROGRAFICAS
BASICAS.

BOHUMIR ROEDL: CAUSA TUPA AMARO. EL PROCESO A LOS
TUPAMAROS EN CUSCO, ABRIL-JULIO DE 1781. REVISTA ANDINA
Número 34. Centro de Estudios Regionales Andinos
Bartolomé de las Casas. Cusco, Perú.

CAHILL DAVID: VIOLENCIA, REPRESIÓN Y
REBELIÓN EN EL SUR ANDINO: LA SUBLEVACIÓN DE
TÚPAC AMARU Y SUS CONSECUENCIAS. Instituto de Estudios
Peruanos- IEP, Lima, octubre de 1999. Documento de Trabajo 105 –
Serie Historia 17.

CORNBLIT, Oscar: "Levantamientos de masas en Perú
y Bolivia durante el siglo XVIII"; en: TUPAC AMARU II-1780
Compilación de FLORES GALINDO, Alberto; Retablo de Papel,
Lima, 1976

DEL BUSTO, José Antonio: JOSE GABRIEL TUPAC AMARU
ANTES DE SU REBELION; Fondo Editorial PUC, Lima, 1981.

DURAND FLORES, Luis: INDEPENDENCIA e INTEGRACION EN EL
PLAN POLITICO DE TUPAC AMARU; Editorial PLV, Lima,
1973.

FLORES GALINDO, Alberto: BUSCANDO UN INCA: IDENTIDAD y
UTOPIA EN LOS ANDES; Horizonte – Instituto de Apoyo
Agrario, Lima, 1988.

KLAIBER, Jeffrey: INDEPENDENCIA Y CIUDADANIA, en:
PENSAMIENTO
POLITICO PERUANO; Desco, Lima, 1987.

LEWIN, Boleslao: LA REBELION DE TUPAC AMARU Y LOS
ORIGENES DE LA INDEPENDENCIA AMERICANA; Ed. Sela, Buenos Aires,
1967.

LEWIN, Boleslao: LA INSURRECION DE TUPAC AMARU; Eudeba,
Buenos Aires, 1972.

LOAYZA, Francisco: LOS PEQUEÑOS GRANDES LIBROS DE
LA HISTORIA AMERICANA; Ed. Francisco Loayza, Serie I, Tomos IX,
X, XIII, Lima, 1945, 1946, 1948.

MACERA, Pablo: HISTORIA DEL
PERU- La Colonia; Ed. Wiraquipu, Lima, 1984.

O" PHELAN, Scarlett: UN SIGLO DE REBELIONES
ANTI-COLONIALES – Perú y Bolivia 1700-1783; CERA
Bartolomé de las Casas, Cusco, 1988.

ORTIZ, MARIO: PODER, LEGALIDAD y JUSTICIA EN LA
REVOLUCION DE TUPAC AMARU II, Tesis para titularse de abogado;
PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DEL PERU, 1993, 2
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En: Túpac Amaru II – Antología de Alberto
Flores Galindo, Ed. Retablo de Papel, Lima, 1976.

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LA DOMINACION ESPAÑOLA. En: Historia General del
Ejército Peruano, Tomo III, Volumen 2; CPHEP,
Ministerio de Guerra, Lima, 1981.

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REBELION Y CONCIENCIA
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SZEMINSKI, Jan: ¿LA INSURRECCION DE TUPAC AMARU:
GUERRA DE INDEPENDENCIA ó REVOLUCION? En: Túpac
Amaru II – Antología de Alberto Flores Galindo, Ed.
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SZEMINSKI, Jan: LA UTOPIA TUPAMARISTA; Fondo Editorial
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TAMAYO HERRERA, José: HISTORIA DEL INDIGENISMO
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1980.

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URBANO, Enrique: PODER Y VIOLENCIA EN LOS ANDES; Debates
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VALCARCEL, Carlos Daniel: LA REBELION DE TUPAC AMARU;
Peisa, Lima, 1973.

VEGA, Juan José: TUPAC AMARU; Universo, Lima,
1969.

VEGA, Juan José: TUPAC AMARU Y SU TIEMPO:
ALZAMIENTO Y CAMPAÑAS. En: Historia General del
Ejército Peruano, Tomo III, Volumen 1; CPHEP, Ministerio
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ZUDAIRE, Eulogio: DON AGUSTIN DE JAUREGUI y ALDECOA,
VIRREY INTERINO DEL PERU (1780-1784); Institución
Príncipe de Viana, Colección Historia, Pamplona,
España, 1979.

 

 

 

 

 

 

Autor:

Mario Humberto Ortiz
Nishihara

Partes: 1, 2
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